Volverte a ver.

Su rostro. Aquel rostro que mi mano acariciaba cuando nos acurrucábamos juntos, ya es un mero recuerdo en mi memoria. Apenas logro recordar el arco de sus cejas o la expresión de su cara al notar mis caricias. Como dos extraños sin mediar palabras actuamos la última vez que nos vimos, hará dos veranos. Un verano lo conocí y al otro lo perdí. Nos conocimos en el mes de agosto, cuando la brisa alejaba aquellos días veraniegos que con tanta ansia habíamos esperado. Nos conocimos de casualidad, y rápidamente nos enamoramos. Dicen que lo que rápido llega, rápido se va. Así fue.